Es inocente, alegre, espontáneo,
travieso, curioso, fantasioso, creativo, artista, entusiasta, valeroso, tiene
capacidad de asombro y no pierde nunca la esperanza.
El niño interior es inmortal.
El niño interior posee el espíritu de
la verdad, la espontaneidad y la autenticidad absoluta. Sus actos muestran lo
natural que hay en nosotros y es capaz de resolver cualquier situación.
Cuando escuchamos la voz del niño que
hay en nuestro interior nos sentimos auténticos y creativos.
Sabe quién eres y qué haces aquí; te
observa caer una y otra vez, perdido en la maleza de tu máscara, de tu ego.
Así si miramos muy profundamente en
nuestro interior, veremos un niño horrorizado y escondido en esa profundidad.
Echemos la vista atrás y observemos con
detenimiento aquellos momentos de nuestra niñez cuando recibimos un castigo; la
llegada de un hermano que nos iba a despojar del amor de nuestros padres; el
primer día de cole que se parece tanto a nuestro nacimiento, aquel del cual aún
no nos hemos recuperado porque nos arrancaron del lugar seguro del útero;
cuando se murió la primera persona y allí empezamos a saber que las personas
desaparecen y van al cielo (y aquí cada cual puede incluir sus propias escenas
infantiles, aquellas que aún no pueden comprender o asumir y que en el fondo de
cada uno aún provocan una sensación de desamparo y dolor).
Y
ese niño aún tiene ganas de llorar, está perdido en un
mundo inhóspito. Es probable que necesite romper algo, expresar todo su enfado,
su dolor y su miedo. Si podemos conectarnos con él, si lo rodeamos del amor que
hasta ahora le faltó porque no fue comprendido en su sufrimiento, si lo amamos
como es, si no lo seguimos cargando de culpas y resentimientos, ese niño volverá para ser un emisario de esa luz que tenía antes de llegar al mundo
inhospitalario que lo recibió.
Colócate la mano sobre el corazón. Ahora permítete no solamente ver sino ser tu niño interior.
Deja que cada palabra
haga efecto en tu niño interior.
Nos
sentimos tan felices de que hayas venido.
Te
hemos estado esperando.
Hemos
deseado tanto que vinieras a formar parte de nuestra familia.
Eres
muy importante para nosotros.
Nos
sentimos felices de que seas un niño.
Nos
sentimos felices de que seas una niña.
Amamos
lo único y especial que hay en ti.
La
familia no sería la misma sin ti.
Te
amamos.
Queremos
abrazarte.
Deseamos
ayudarte a crecer para que seas lo que eres capaz de ser.
No
tienes por qué ser como nosotros.
Has
de ser tú mismo.
Eres
tan hermoso, tan inteligente, tan creativo.
Es
un placer tan grande para nosotros tenerte aquí.
Te
amamos más que a nada en el mundo.
Gracias
por escoger a nuestra familia.
Eres
bienaventurado y nos bendices al venir.
Te
amamos. Realmente te amamos.
Deja
a tu niño interior asimilar éstas palabras como verdaderas.
Y
ahora vamos a dejar que el Universo le hable:
Eres
un ser de luz único y necesario.
Eres
tan importante…
Eres
perfecto y eterno
Eres
amado y respetado
Eres
deseado por el Universo, por eso estás en él
Eres
Dios habitando en ti
Eres
parte del todo
Eres
Dios en unión con otros seres
Eres
amor
Eres
luz
Eres
!!Precioso artículo!!!
ResponderEliminarPues sí: bonita meditación
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